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Eugen Drewermann, el clérigo irreverente

Al contar el nacimiento e infancia de Jesús, la Biblia describe las etapas que una persona debe recorrer para encontrarse consigo misma en  una vida plena.

Eugen Drewermann nació en Alemania en 1940, estudió Filosofía y Teología en Münster y Paderborn, y Psicoanálisis en Gotinga. Fue catedrático de Teología sistemática en la Facultad de Filosofía y Teología de Paderborn y sacerdote católico hasta 1991, año en el que publica uno de sus libros más polémicos (Clérigos: psicograma de un ideal), por el que es expulsado de su cátedra y posteriormente se le impide ejercer el ministerio sacerdotal, al que finalmente renuncia. Actualmente es conocido no sólo como teólogo y analista junguiano, sino también como activista pacifista y ecologista.

Especialmente en este provocativo libro, y evidentemente en su obra posterior, Drewermann sobresale por hacer una profunda crítica de la Iglesia como institución. El autor analiza las incidencias psicológicas de las estructuras rígidas de una iglesia autoritaria y de una fe administrada por una jerarquía vertical -donde el poder se ha consumido la horizontalidad de la que Jesús hablaba a sus discípulos- que separa al Hombre de Dios y lo aleja de la libertad a la que ha sido llamado.

Su perspectiva psicodinámica le ha llevado a catalogar a esta iglesia como un sistema «patógeno» -es decir, que produce enfermedad- que genera estructuras neuróticas en los seres humanos y en la cultura, modificando el verdadero mensaje cristiano que ha de ser liberador y que opta por la dignidad humana. Asimismo, para Drewermann, los dogmas deben ser replanteados y concebidos como falsos en la medida en que el dogmatismo es, por principio, un abuso, pues no se puede «formular la verdad religiosa en una proposición y obligar a la gente a repetirla de una forma doctrinal y doctrinaria».

Literalmente, su propuesta, de la mano de Jung, apunta a una mirada hermenéutica al mundo de los arquetipos, basada en una interpretación simbólica de la Biblia en la que la psicología profunda es la herramienta adecuada para articular las verdades teológicas y darles contexto, para que el encuentro con Dios suceda al tiempo del encuentro consigo mismo. Drewermann entiende la fe como ayuda para la vida y es ella la que puede llevarnos a superar todos los miedos y dominar la angustia fundamental de la que nos provee la existencia con nuestros problemas individuales y colectivos. La fe nos regala, entonces, la posibilidad de liberarnos de aquella tarea irrealizable, heróica y egoica de dominar por nosotros mismos la totalidad de la vida; y en ella nos experimentamos completos, limitados, mortales pero eternos, pecadores pero liberados.

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