Ángela Patricia Ramírez
“Pues ellas hablaron de sí mismas porque hablaron de Dios”.
Victoria Cirlot y Blanca Garí
En la oscuridad más brillante del Medioevo en Alemania, en el año 1098 empieza a titilar una estrella, que cual lucero vespertino y matutino irradiaría fulgurante hasta nuestros tiempos en inspiración y fuerza de Mujer: Hildegarda de Bingen.
Su radiancia se nutrió de la orden benedictina de la cual hizo parte y luego se distanció, y también de un modelo de vida religiosa muy interesante y revolucionario para la época, el movimiento de las Beguinas.
Este movimiento comprendía una vida religiosa de experiencia viva; mujeres que, siendo laicas, se organizaron en comunidades para realizar una espiritualidad libre y en contribución a los más necesitados.
Mujeres beguinas “buenos fuegos” alumbrando y calentando el frío y la oscuridad de un sistema religioso supeditado a la autoridad masculina. Mujeres llama.
Guiada por la lectura de “La regla de los auténticos amantes”, un compendio de la forma y estilo de vida de las beguinas de París del siglo XIII puedo comprender y alcanzo a imaginar la experiencia tan profunda y evocadora del Amor divino y su expresión en las prácticas cotidianas de estas mujeres, además de su interés en el servicio, los estudios filosóficos y teológicos, la escritura, los trabajos manuales y un centro pilar en el ejercicio de la oración.
Sonrío al imaginar la existencia de estas mujeres que pudieron y supieron “elegir” en medio de las imposiciones de la Iglesia, dejándonos un legado junto con Hildegarda, de una espiritualidad Viva y en el mundo. Pero también observo cómo Hildegarda logra ir más allá de estas fuentes y su autenticidad en la forma de llevar y proponer una vida religiosa sin desligarse de la vivencia del placer, junto a sus experiencias de visión desde temprana edad, la ubican sin lugar a duda, en el ámbito de la mística. Mujer llama ardiendo en Visión.
El cielo en la tierra es lo que nos revelará Hildegarda a través de su vida y obra. Una cosmología de la unión con lo divino que tradujo bellamente en múltiples campos de expresión como la música, la escritura, la herbolaria, la medicina, entre muchos otros, y que sostuvo con astucia y con su capacidad de moverse en un territorio de poder eclesial y político absolutamente masculino. Mujer polímata.